Comer compulsivamente*

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¿Qué significa comer compulsivamente?

Los estudios recientes sugieren que una persona puede volverse adicta a la comida y llegar a comer compulsivamente. Ocurre cuando una persona no puede controlar cuánto come y acaba comiendo cantidades excesivas de calorías a pesar de que pueden dañar su salud. Este desorden no debería confundirse con la bulimia. La diferencia principal es que la persona que come compulsivamente no vomita después de comer. Esta enfermedad suele ser psicológica. La persona intenta aliviar los problemas emocionales consumiendo comida. 

¿Cómo reconocer esta afección?

Este trastorno rara vez es reconocido y la gente visita al médico debido a su aumento de peso. El trastorno obsesivo compulsivo es diagnosticado cuando se cumplen seis criterios. Para la parte de la obsesión son cuatro:

Para la parte de la compulsión son dos:

La gente con adicción a la comida también experimenta síntomas de abstinencia, como ansiedad, agitación o varios síntomas físicos. Además, comer compulsivamente lleva al aumento de peso y a otros problemas relacionados. Un fuerte apoyo y entendimiento por parte de la familia es particularmente importante. 

Comida adictiva

La gente se vuelve adicta a la comida sabrosa. Este tipo de comida contiene por lo general grandes cantidades de azúcar, grasas o sal, las cuales activan las partes del cerebro responsables del placer. El placer está asociado con la transmisión de dopamina (la sustancia producida por nuestras células cerebrales que nos hace sentirnos satisfechos) en el cerebro. 

¿Qué medidas pueden tomarse?

Antes de nada, la psicoterapia y la psicología deben ser prescritas a los adictos a la comida. Los nutricionistas ayudan a la gente que come en exceso a romper el ciclo vicioso. Además, la persona puede unirse a un grupo de apoyo de Adictos a la Comida Anónimos, en donde la gente se junta para ayudarse unos a otros, compartir sus experiencias, trabajar en los problemas de autocontrol, y compartir dietas especiales que no contienen comida que desencadene adicción. 

No se ha inventado ningún tratamiento farmacológico para esta afección, ya que no hay sustancias conocidas que puedan sustituir al azúcar, la sal y la grasa, contenidas en la comida y causar la misma liberación de dopamina. Por ejemplo, para el tratamiento de la adicción al alcohol y a los narcóticos disponemos de medicamentos que los sustituyen y ayudan a la gente a sobrevivir a los síntomas de abstinencia. 

Algunas clínicas también ofrecen ayuda neuroquirúrgica. Depende de la estimulación profunda del cerebro para deshacerse de la obsesión que claramente se deriva de él. Este tipo de procedimientos son seguros y deben ser realizados sólo en las clínicas que tengan una experiencia de muchos años. 

A menudo la gente escoge el tratamiento sintomático, el cual elimina las consecuencias de comer en exceso pero no trata el trastorno. Uno de estos tratamientos es el bypass gástrico. Esta operación es realizada por cirujanos abdominales y es indispensable cuando la obesidad no puede tratarse exclusivamente con dieta y actividad física. Durante la operación el volumen del estómago se reduce y se puentea una pequeña parte del intestino delgado. De esta manera, el estómago puede llenarse con menos cantidad de comida al ser más pequeño, por lo que la absorción se ve reducida y el cuerpo obtiene una cantidad menor de calorías con la misma cantidad de comida. 

La operación se realiza bajo anestesia general. Esto significa que se está dormido durante la operación y que no se siente ningún dolor. Hoy en día, la cirugía de bypass gástrico se realiza conun laparoscopio. Un cirujano hace unos pequeños cortes en el vientre y se introducen unos finos instrumentos quirúrgicos. El cirujano ve y realiza la operación a través de un monitor usando estos instrumentos. Como cualquier otra operación quirúrgica, el bypass gástrico también tiene complicaciones como pérdida de sangre, coágulos de sangre, accidente cerebrovascular, infección y reacciones alérgicas a los medicamentos. Aunque en comparación con la cirugía abierta, en la que se realiza un gran corte en el abdomen, la estancia en el hospital es menor, la recuperación es más rápida, el dolor es menos severo, y las cicatrices son más pequeñas, por lo que el riesgo de hernias (la protuberancia de un órgano o su envoltura a través del corte en la pared del abdomen) y de infección es bajo. Pero hay que tener en cuenta que la operación no puede eliminar los problemas psicológicos que pueden haber alimentado la obesidad, sólo es un eficaz tratamiento sintomático. 

Una adicción lleva a otra

Actualmente se considera que la predisposición a sufrir adicciones es hereditaria. Esto significa que si una persona tiende a tener adicciones y se cura de una de ellas, puede caer en otra. Por tanto, este tipo de paciente necesita un seguimiento a largo plazo y el cuidado de un psicólogo, psicoterapeuta o médico. 

La psicoterapia, el cambio del estilo de vida, el apoyo de la familia y los amigos y la ayuda temprana antes de que ocurran síntomas como el aumento de peso, parecen ser el tratamiento más eficaz.