Miedos comunes sobre la cirugía bariátrica*

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• Cambios físicos
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• El riesgo de la operación

La cirugía bariátrica, también llamada cirugía gástrica, ayuda a los pacientes a perder peso al reducir el estómago y, por tanto, al reducir la ingesta de comida. Es natural sentir miedo a la cirugía pero no hay duda de que se puede reducir la ansiedad. Lo que deberías hacer es recopilar información sobre el procedimiento, consultar a tu médico y confiar en él. No deberías inventarte cosas si no estás seguro – pregunta, consulta a tu cirujano para poder entender mejor los hechos. Los miedos más comunes son: a los cambios físicos (principalmente a volver a ganar peso),  a las complicaciones de la anestesia y al riesgo de la propia operación.

Cambios físicos

Anestesia general

Para el éxito de la anestesia, la premedicación es muy importante. Es una serie de acciones y medicamentos que deberían tomarse antes de la operación. El médico te dirá que no comas durante 24 horas antes del procedimiento. Además, puede que tengas que tomar pastillas para reducir la acidez gástrica (omeprazol o ranitidina) y dejar de tomar medicamentos anticoagulantes para reducir el riesgo de hemorragia. Estas recomendaciones te las dará tu médico de cabecera antes de la hospitalización. Los cirujanos pueden recomendar perder algo de peso. De esta manera se acorta el tiempo de la operación, se necesitan menos medicamentos, el proceso de recuperación es más rápido y las heridas cicatrizan mejor. 

El riesgo de la operación

La mayoría de la gente no se preocupa por la operación en sí misma, sino por el dolor y el malestar que la siguen, la cicatrización de las heridas, el largo período de recuperación y el ajuste a los nuevos hábitos. Vale la pena mencionar que la mayoría de procedimientos bariátricos se realizan laparoscópicamente hoy en día. Esto significa que el cirujano opera a través de 3 pequeños agujeros que se realizan en el abdomen y que sirven como entrada para un par de herramientas específicamente diseñadas y una cámara, la cual permite al operador ver el interior del vientre. Esta técnica ofrece un enfoque menos traumático que asegura una estancia más corta en el hospital, una recuperación más rápida y menos dolorosa y unas cicatrices realmente pequeñas. Debido al pequeño tamaño de la incisión, las complicaciones de infección, fallo de las suturas o peritonitis (inflamación del revestimiento interior de la cavidad abdominal) también se ven reducidas significativamente.